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Desde pequeños y escondidos municipios hasta localidades más conocidas, la provincia de Alicante es conocida por estar repleta de enclaves únicos y con mucho encanto.

Y es que nuestra provincia aguarda verdaderos tesoros para todos los gustos y satisfacer tanto a los amantes de la naturaleza y el senderismo como a los apasionados de la historia y del patrimonio cultural y artístico.

Cruzando nuestras fronteras, concretamente la sureña, también tenemos la oportunidad de descubrir lugares con mucho encanto en la Región de Murcia.

Concretamente, la prestigiosa revista National Geographic se ha percatado en esta zona, muchas veces infravalorada, a la hora de elegir los pueblos candidatos al municipio más bonito de España para visitar este mes de mayo.

La lista incluye a varias localidades como Cehegín, el pueblo de las maravillas; Calasparra, conocida por su Santuario de la Virgen de la esperanza; Moratalla, que destaca por su arte prehistórico y Caravaca de la Cruz, una verdadera nave para viajar al corazón de la espiritualidad católica.

Para esta ocasión, EL ESPAÑOL ha aprovechado la ocasión para recopilar todas las maravillas que ofrece esta última localidad.

El pueblo ligado a la historia 57356

Caravaca de la Cruz es de estas localidades que uno visita y recuerda para siempre. Y es que este encantador pueblo tiene algo que la hace único: una energía tranquila, una sensación de que lo importante sucede sin hacer ruido.

Situado en el interior de la Región de Murcia, este municipio de casi 26.000 habitantes uno de los cinco lugares santos del cristianismo, junto con Roma, Jerusalén, Santiago de Compostela y Santo Toribio de Liébana.

El Castillo-Santuario de la Vera Cruz es el centro espiritual y visual de la ciudad. Se ve desde cualquier punto, encaramado en lo alto, protegido por una muralla que mezcla lo medieval con lo religioso.

Dentro, se guarda la famosa Cruz de Caravaca, una reliquia que, según la tradición, apareció milagrosamente en el siglo XIII. Es un lugar al que muchos llegan en peregrinación, sobre todo en los Años Jubilares como ha sido el pasado 2024.

Justo al pie del santuario, el barrio medieval se despliega en calles estrechas, fachadas blancas, y balcones que en mayo se llenan de flores y banderas durante las Fiestas de la Santísima y Vera Cruz.

Uno de los eventos más impresionantes es la Carrera de los Caballos del Vino, una tradición única que mezcla fervor, velocidad y un colorido que no se olvida fácilmente. Concretamente, el pasado 2 de mayo, el caballo Calimocho consiguió el segundo mejor tiempo de la historia de esta carrera, consiguiendo alcanzar la meta en 7 segundos y 743 milésimas.

En el centro histórico, destacan también la Iglesia del Salvador, un elegante ejemplo del Renacimiento murciano, y la Iglesia de la Compañía de Jesús, hoy convertida en centro cultural. El ambiente es tranquilo, pero auténtico. Nada está diseñado para impresionar al turista: lo que ves es lo que es.

Si tienes tiempo, merece la pena visitar el Museo de la Fiesta, donde se explican con detalle las tradiciones locales, o el Museo de la Vera Cruz, para entender mejor la historia de la reliquia. Y a las afueras, el Paraje de Las Fuentes del Marqués ofrece un respiro verde, con senderos, fuentes naturales y un antiguo torreón templario.