El puente del Centenario de Sevilla se inauguró en 1991, a pocos meses de la inauguración de la Expo 92. Circulaba entonces una broma en la ciudad que decía que la gente llegaba a la capital andaluza con una fiambrera. ¿Por qué? "Para llevárselo calentito", se bromeaba.
Tres décadas después, esa obra, una de las más emblemáticas que se hicieron para la muestra universal que acogió Sevilla en 1992 se ve, de nuevo, envuelta en polémica. El ya exsecretario de Organización del PSOE, señala un informe de la UCO, habría recibido mordidas por asignar el proyecto de ampliación del puente.
Pero la historia de esta infraestructura está gafada desde el inicio. Emilio Miranda de Valdés, el ingeniero que lo ideó, recordaba cuando el Gobierno central anunció su ampliación de carriles, hace seis años, que el puente estaba pensado en inicio con seis carriles: tres por sentido.
Que tuviera tres carriles por sentido tenía todo el sentido del mundo porque, así, estaba en concordancia con el resto de la SE-30, carretera que cierra sobre el río Guadalquivir. Pero no. Una ley de entonces obligaba a que el Ayuntamiento diera el visto bueno a ese diseño.
Recordaba Miranda de Valdés que el Consistorio hispalense no dio el placee. "El Ayuntamiento quería que todo tuviera cuatro carriles", señaló en su momento el ingeniero. Eso redujo la capacidad del puente, que se hizo con dos carriles por sentido más uno reversible y lo convirtió en un nudo de tráfico que atrapa a los sevillanos cada vez que hay un poco de tráfico.
Corrupción 4j5a
Hay más curiosidades sobre este puente, hoy de plena actualidad por la trama de presunta corrupción que rodea al PSOE en su más alto nivel. Porque el ojo de esta infraestructura, se impuso en su momento, debía ser muy alto.
¿Para qué? Explicó hace años el ingeniero que lo diseñó que la idea es que, debajo del puente pudieran pasar barcos de vela muy altos como el Juan Sebastián de El Cano. Para nada, reconoció a la Cadena Ser Miranda de Valdés, puesto que dicho barco jamás ha atracado en Sevilla.
En todo caso, el puente nació gafado. Más pequeño y como una trampa de tráfico. Es también el punto donde está el radar que más multas de tráfico pone en la capital andaluza puesto que, como se reducen los carriles, la velocidad máxima está muy limitada.
Ahora, además de atascos y un radar hiperactivo, el puente es uno de los elementos centrales en un informe de la Guardia Civil que señala al mismo corazón del PSOE nacional y al Gobierno de España.
Esto es así porque en el informe de la UCO que se ha conocido este jueves se puede leer cómo el secretario de Organización del PSOE -dimitido de todos sus cargos tras el escándalo- habría cobrado mordidas a cambio de la adjudicación del proyecto.
En el mismo asunto estarían involucrados también el exministro José Luis Ábalos y su asesor, Koldo. En el aire flota la sospecha de que, de fondo, puede haber también un posible caso de financiación ilegal del PSOE.
Esto es así porque el presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, ha asegurado que va a hacer una auditoría de las cuentas de su partido. Esta iniciativa podría apuntar a que sospechan de una transferencia de fondos de las mordidas conocidas este jueves hacia su organización.
En todo caso, el puente seguirá dando que hablar. Esto es así porque la obra de ampliación que busca corregir esos dos carriles y convertirlos en tres, como debía haber sido desde 1991, acumula años de retrasos.
De hecho, la obra se licitó en 2021. Se anunció entonces por parte de Ábalos -hoy en medio del macro caso de corrupción que incluye también la obra del puente del Centenario- que la obra duraría unos dos años.
Eso quiere decir que el tráfico debía discurrir por los ya tres carriles, en 2023. A mediados de 2025, no hay visos de que la obra de ampliación del puente vaya a acabar en breve.
A esto se suman los sobrecostes -legales- que tiene la obra. Porque el mismo Ministerio de Transportes calculó que la ampliación del puente acumula ya un extra del 50% del precio contemplado en el proyecto inicial.
Así, cuando se presentó el proyecto de ampliación, el coste estimado era de 65,5 millones de euros. En enero de este año ya iba por los 128 millones de euros. Así lo confirmó el propio Gobierno central en una respuesta a pregunta en el Congreso.
Así las cosas, la obra sigue. Debería estar acabada y en funcionamiento para el próximo año, en 2026. Sin embargo, la obra acumula tres años de retraso en su entrega. Un proyecto gafado.