Estos días ha tenido una enorme repercusión la crítica a South Summit que ocupaba este espacio la pasada semana. Me enorgullece que haya servido de punto de partida para que muchas empresas y istraciones se replanteen su postura al respecto, aunque echo de menos que la propia organización haga autocrítica sobre la mayor. También me halagan los comentarios por privado y en persona, apoyando la visión que intenté explicar en esa columna, aunque me entristece que nadie más dé un paso al frente y la haga pública. 2f4b5u

En cualquier caso, una característica inmutable de la vida es que sigue su curso. Y ello implica que el South Summit ya es pasado, con un presente marcado por dos de las principales ferias del ramo en Europa: Vivatech en París y DES en Málaga. Lo bueno de que coincidan tan cerca en el tiempo estas tres citas es que permite hacer comparaciones en caliente, con los recuerdos y sensaciones bien frescas en nuestras memorias.

Vaya por delante una aclaración: Vivatech está en otra dimensión. Su alcance internacional y la apuesta decidida del gobierno galo por esta cita la han convertido en una de las alternativas al CES de Las Vegas o el Mobile World Congress. Con permiso de la no menos pujante Gitex en Dubái, es la feria de moda en estos momentos. Y lo hace, además, con una aproximación que nadie ha conseguido igualar: contar con igual potencia de startups y tecnológicas de primer nivel. 

South Summit, como vimos la semana pasada, adolece de cualquier presencia tecnológica e, incluso, de apenas sumar una decena de empresas tradicionales de cierto tamaño. El DES, aunque está haciendo enormes esfuerzos por sumarse al ecosistema emprendedor, nació siendo una feria muy orientada a CIOS, CEOS y directivos de grandes y medianas empresas, con las tecnológicas como interlocutores. Vivatech consigue combinar ambos mundos con una excelencia sin igual.

Vayamos a un segundo elemento de análisis: el apoyo público y privado a estos eventos. South Summit, es bien sabido, se sustenta principalmente en el dinero que recibe de nuestros impuestos a través de un sinfín de entes nacionales y autonómicos, así como de la alianza de María Benjumea (organizadora de la cita) con el IE (dirigido por su hijo). DES, en cambio, cuenta con apoyo local y regional, pero apenas recibe soporte nacional (como bien le recordó el alcalde de la ciudad, Paco de la Torre, al ministro Óscar López). Su indiscutible éxito viene por el apoyo privado que le dedican muchas empresas al encontrar interés en sus contenidos y valor en los os que allí hacen.

Vivatech, en cambio, ha sido siempre bien recibido por las mismas tecnológicas que cuenta el DES, pero además ha contado con el apoyo incondicional de todas las instituciones públicas galas. Macron es un asiduo del evento, fan de esta apuesta. Y es bien conocido el rol fundamental que el ente La French Tech está teniendo en el ecosistema innovador europeo.

Sigamos analizando el programa de estas citas y las grandes figuras que en ellos se dan cita. El Digital Enterprise Show consigue aglutinar a algunas de las figuras globales más interesantes del momento (como Barack Obama hace unos años y recuerdo figuras del FBI, Naciones Unidas, etc.), así como los grandes directivos nacionales y la plana mayor de CIOS del país. South Summit, en cambio, opta por 'gurús' recién sacados de YouTube y conferenciantes de la discutible talla de José Luis Cordeiro, de quien ya se desmontaron hace años tanto sus teorías como su propio currículo profesional.

El escaparate público de primer nivel hace que Vivatech vaya más allá en ese terreno: siguiendo la estela del evento malagueño, es capaz de añadir la presencia de Jen-Hsun Huang, CEO de Nvidia, que incluso usa el evento para anunciar sus planes estratégicos para Europa. Y es aquí donde también se ve una nueva diferencia: mientras que en South Summit apenas hubo algún anuncio de cierta relevancia, en DES se adelantan muchos hitos en digitalización del sector empresarial y en Vivatech añadimos los despliegues globales de las enseñas tecnológicas. 

Para ser claros, South Summit está en clara desventaja respecto al resto de ferias internacionales de innovación. El DES tiene el reto de consolidarse como una referencia más allá del núcleo de la digitalización, pero nadie puede discutir su pujanza en la conexión entre directivos y decisores con el tejido tecnológico. Y Vivatech es el espejo en que todos debemos mirarnos. Para alcanzar sus cotas, la feria de los Benjumea debe hacer sustanciales cambios de programa, actividades y estrategia; mientras que el DES quizás solo necesite un poco más del apoyo institucional que le sobra a su 'hermana' madrileña.