José solía tener trabajos corrientes -como en Leroy Merlin- porque donde brillaba de verdad era poniendo voz al grupo de alabanza y adoración de la iglesia evangélica de Calasparra donde su padre ejercía el rol de pastor. Esa era la cara ‘a’ del hijo del líder espiritual, pero José también tenía una cara ‘b’ que sufrió María desde los 13 años: “Me hacía sentir como un trapo sucio”.
María accede a atender en exclusiva a EL ESPAÑOL con un nombre falso porque es una de las dos víctimas que han denunciado ante la Guardia Civil a José L. B. (Estados Unidos, 1987), como supuesto autor de agresiones sexuales ocurridas en la mismísima Casa del Señor: la iglesia evangélica Corazón del Padre de Calasparra.
“Yo era virgen”. “Nunca había besado a nadie ni había tenido novio: todo lo hice con él”. Pero ese ‘todo’ no fue el todo habitual con el que una chica recuerda cómo descubrió su sexualidad con su primer amor, es el ‘todo’ de una joven que siente que un treintañero con verborrea bíblica se aprovechó de la candidez de una niña, de 13 años, para saciar sus deseos libidinosos durante dos años. “Casi siempre era dentro de la iglesia cuando no había nadie”.
- ¿Cuándo empezó ese ‘todo’?
- María [nombre falso]: Yo llegué a España siendo una niña y lo pasé mal porque me dejé en mi país a mi familia y amigos. Una amiga de mi madre la invitó a asistir a una reunión de la iglesia evangélica y fuimos toda la familia. Yo veía a José cantar en el grupo de alabanza y adoración: era el líder y el cantante principal mientras que su padre era el pastor y apóstol de la congregación.
Iglesia evangélica de Calasparra donde se produjeron los hechos.
Los padres de esta joven que ahora es mayor de edad, poco a poco, se fueron involucrando en las actividades de esta iglesia que oficiaba bautizos colectivos en el río Segura, celebraba la Fiesta de Pentecostés o reuniones segregadas de padres y madres. De modo que su hija terminó en el grupo de alabanza y adoración que dirigía José: “Yo tenía 13 años, la primera vez que me tocó”. Este diario ha intentado ar varias veces con la iglesia, para recabar su versión sobre lo sucedido entre el líder del grupo de alabanza y las dos denunciantes, pero no han atendido ninguna llamada.
- ¿Cómo se produjo ese supuesto primer episodio de abusos sexuales?
- Nos quedamos solos detrás del escenario de la iglesia, donde se encienden las luces, y las apagó. Entonces, se puso enfrente de mí. Yo me puse muy nerviosa: José era una persona con poder, así que le tenía miedo y respeto por lo que me fuera a decir, pero me tocó el cuello de forma cariñosa. Luego me preguntó si me podía dar un abrazo, con su nariz empezó a olerme el cuello y me quedé tiesa porque me dijo: ‘Qué rico hueles’. No sabía cómo reaccionar ante esa situación.
Evidentemente, solo era una chiquilla de 13 años, estudiante de instituto que no sabía nada acerca de los chicos. “Yo no sabía lo que era tener relaciones, ni siquiera había visto pornografía, solo sabía de sexualidad lo que me explicaban en clase de Biología”. De modo que el hijo del pastor evangelista prosiguió estrechando el cerco sobre María por redes sociales.
“A partir de esa noche, comenzamos a chatear. José me preguntaba cómo me sentía, me enviaba emoticonos… Yo pensaba que eso no tenía que ser algo malo. Pero él siempre me decía que borrara nuestras conversaciones para que mis padres no dijeran nada”. De modo que fruto de su inocencia, eliminaba los mensajes que recibía por Facebook o WhatsApp del cantante del grupo de alabanza y adoración evangélica. “En los ensayos, siempre buscaba momentos a solas conmigo”.
Y consiguió su propósito en uno de los días de ensayo: “En la entrada de la iglesia, me volvió a preguntar si me podía volver a abrazar. ¿Cómo le iba a decir que no a una persona tan amable? Ahí empezó a tocarme la cintura, luego la cadera, y al final me lo tocó todo: el culo, los pechos…”. "Me tocó un poco bruto". "Me metió la mano en la vagina, yo me asusté un poco, pero él parecía que lo gozaba y así fue como me dieron el primer beso de mi vida".
Dos fieles de la iglesia evangélica de Calasparra donde se han producido los hechos denunciados.
- ¿Qué ocurrió después de ese día?
- Pasaron dos cosas: tanto felación como masturbación. Lo hacíamos muchas semanas, después desaparecía durante meses, luego reaparecía y volvía a escribirme. No me prestaba atención cuando no había ni felaciones ni masturbaciones. Yo me preguntaba si un novio hacía esas cosas, pero José decía que me iba a presentar a sus padres, aunque nunca lo hacía. Yo tenía la cabeza hecha un lío. Solo pensaba en su bienestar y eso no es bueno.
Tampoco tenía otra opción porque en su denuncia ante la Guardia Civil, esta chica recalca que el hijo del pastor no le permitía aclarar sus dudas existenciales con nadie. Para ello, se valía de su experiencia vital porque tenía "entre 27 y 30 años" frente a una adolescente sin madurar: “José me decía que si lo contaba todo, no podríamos continuar con la relación, ya que nadie lo sabía y yo era menor de edad. No sabía porqué, pero tenía miedo de contarlo todo puesto que José me lo inculcaba para que tuviera miedo de contarlo”. “José se hacía la víctima, me hacía sentir mal, me hacía sentir que tenía la culpa de todo y yo le pedía perdón”.
- ¿Esta situación le afectó a nivel psicológico?
- Yo sentía que no tenía valor como persona. Mantenía una lucha por la vida. Veía una ventana y me quería tirar. Era la única solución para acabar con mis problemas.
Tales ideas suicidas y crisis de ansiedad vienen recogidas en el atestado de la Policía Judicial donde esta chica hace constar que todavía acude a un psicólogo: “Desde que empecé la relación hasta el día de hoy lo he pasado muy mal. No he podido conciliar el sueño y debía recurrir a medicamentos para dormir. Me ha afectado a mis estudios, pude sacarme la ESO, pero he repetido varias veces”. “He padecido una depresión, llegando a un punto donde no podía controlar mis actos, teniendo ataques de pánico e incluso ideas de suicidio”.
“Cuando tenía entre 13 y 16 años, me cortaba la piel con mis propias uñas. Los abusos sexuales me han afectado psicológicamente, estoy recibiendo tratamiento actualmente […]”. “Después de estos hechos, he tenido otras relaciones sentimentales, pero no he podido mantener sexo”, tal y como expone esta víctima en el cuartel de la Guardia Civil.
Verónica Ene, abogada de las dos víctimas de este caso que ha provocado un escándalo en el seno de las comunidades evangélicas de la Región de Murcia, avanza que solicitará al Juzgado de Caravaca de la Cruz que “mis clientas sean evaluadas por médicos forenses del Proyecto Luz, para establecer el alcance de las secuelas psicológicas que padecen".
Los letrados Sergio Marco y Verónica Ene del bufete MMB Abogados.
La letrada de MMB Abogados ha decidido evaluar psicológicamente a sus clientas, "a la vista del relato de hechos que me han ofrecido". Tan fuerte era la dependencia emocional que establecieron con su supuesto agresor sexual, que María relata que mantuvo ese vínculo desde los 13 hasta los 16 años, y solo fue capaz de romperlo cuando se dio cuenta de que el hijo del pastor presuntamente hacía lo mismo con otras fieles de la congregación que eran menores de edad.
Así lo afirma en su denuncia esta chica que en la actualidad es menor edad: “Desde los 15 años, me di cuenta de que José estaba tonteando siempre con otras chicas de todas las edades y se dedicaba a embaucar a chicas mayores y menores de edad con el fin de tener sexo con ellas”. “A los 16 años, dejé de la relación porque al parecer, José mantenía otra relación paralela con una chica de unos 16 años”.
- ¿Perdió la virginidad con el hijo del pastor durante una agresión sexual?
- Siempre estuve en duda con eso, durante muchos años, hasta que lo hablé y lo pude consultar [con la psicóloga]. Sí, hubo penetración.
- ¿Cómo se encuentra usted en la actualidad?
- El día que puse la denuncia estaba sufriendo un ataque de ansiedad. Hace años que no entro a una iglesia. Voy tirando.