Vista de la costa de Vinaròs (Castellón). Turisme CV 1j3j6
Este es el pueblo más barato de Castellón para comprar una casa al lado del mar: en primera línea de playa desde 75.000€ 6n1t57
Es una opción ideal para aquellos que desean adquirir una vivienda frente al Mediterráneo, ya que combina calidad de vida y precios competitivos. 5f4hb
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Con la llegada del buen tiempo y el verano a la vuelta de la esquina, la costa castellonense se prepara para recibir a quienes buscan disfrutar del sol y el mar. De hecho, muchas personas prefieren pasar sus vacaciones en una segunda residencia a primera línea de playa.
Uno de los pueblos costeros de Castellón más baratos para comprar un inmueble es Vinaròs. El portal inmobiliario Idealista oferta viviendas listas para entrar a vivir desde 75.000 euros.
Este municipio es una opción ideal para aquellos que desean adquirir una vivienda frente al Mediterráneo, ya que combina tradición, calidad de vida y precios inmobiliarios competitivos.
Situada en el extremo norte de la Comunitat Valenciana, Vinaròs ofrece una amplia gama de actividades culturales y gastronómicas, como su reconocido Carnaval y las Jornadas de la Cocina del Langostino. Además, sus playas, galardonadas con la Bandera Azul, y su paseo marítimo invitan al relax y al disfrute del entorno.
En el ámbito inmobiliario, presenta precios atractivos en comparación con otras zonas costeras. Según datos de abril de 2025, el precio medio por metro cuadrado se sitúa en 1.566 euros, mientras que en otras poblaciones de la costa de Castellón llega hasta los 1.733 €/m2.
Idealista anuncia una casa de 50 m2 con dos plantas "muy bien aprovechada", en pleno centro y a tan solo 100 metros del paseo marítimo. En la planta baja están la cocina-comedor y un baño con plato de ducha; en la segunda, una habitación doble con balcón y vistas al mar, muy bien conservada. Y solo por 75.000 euros.
Por 85.000 euros, se vende un apartamento de 52 m2 que es "perfecto tanto para familias que buscan un refugio junto al mar como para inversores interesados en el mercado de alquiler vacacional". Su distribución inteligente incluye una zona destinada a comedor, una cocina abierta y una acogedora área de dormitorio, además de un baño completo.
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La lista de cosas que ver en Vinaròs es realmente larga. Para empezar, cuenta con casi 12 kilómetros de costa repartidos en 26 playas y calas. La Cala de la Foradada es un paraíso para los amantes del snorkel y las aletas; también las de Aiguadoliva, les Deveses o Fondo de Bola.
A pie o en bicicleta, el municipio cuenta con un buen número de rutas a recorrer, algunas de ellas inclusivas o audioguiadas, perfectas para todo tipo de viajeros e incluso para hacer con niños. Algunos de sus parajes interesantes son los de Serra del Puig y el de Sòl de Riu.
Paseo marítimo de Vinarós. Turisme CV
En cuanto a la gastronomía, los langostinos de Vinaròs son una delicia que en sus muchos restaurantes saben preparar con maestría, ya sea en arroces, a la plancha o en guisos.
Además, es una población ideal para disfrutar de sus tradiciones, como su famoso Carnaval, en el que el Rey Carnestoltes, las batallas de harina, la música en la calle y un ambiente inmejorable esperan al visitante.
En cuanto a su casco urbano, es peatonal en su parte más histórica. Un paseo por sus calles permite irar su iglesia-fortaleza de la Asunción, el Mercado Municipal, la Casa Membrillera o su arquitectura modernista.
Orígenes d1q73
Los orígenes del municipio son inciertos. Una muestra importante de su pasado se testimonia hoy en el poblado ibérico de El Puig de la Misericordia, en el que se han encontrado importantes vestigios del paso del hombre durante el siglo VI a.C.
Sin embargo, su historia escrita más antigua se remonta a 1233, fecha en que la alquería musulmana Beni-Al-Arús fue conquistada y cristianizada por el rey Jaume I. En 1241 se concedió la Carta de población al señor Grinyó Ballester y a otros cincuenta pobladores, se reconoció a Vinaròs como ciudad y dejó de pertenecer al castillo de Peñíscola.
Durante siglos, fue blanco de piratas berberiscos, por ello, al igual que en el resto de la costa valenciana, la ciudad cuenta con torres de vigilancia y atalayas, con la función de avisar a la población en caso de peligro.
Ermita Sant Gregori, de Vinaròs. Turisme CV
Una de ellas, denominada popularmente "Torreta de los Moros", se halla actualmente en ruinas; otra, la torre de Sòl de Riu, forma parte de una vivienda privada junto a la desembocadura del río Sénia.
El conjunto de la Iglesia de la Asunción, ubicada en la Plaza del Ayuntamiento se construyó con la doble finalidad de atender los actos religiosos y, a su vez, como fortaleza defensiva. La construcción mantiene el camino de ronda y la torre campanario, desde donde se podía controlar los ataques por mar.
Durante los siglos XVI y XVII su puerto fue uno de los más importantes del Mediterráneo. Lo demuestra un hecho histórico: en 1609 la población musulmana fue expulsada a través de los puertos más importantes del Mediterráneo español, entre los cuales se encontraba Vinaròs.
Las condiciones climáticas y geográficas de esta localidad han hecho de ella una potencia económica desde siglos atrás. En el siglo XVIII el comercio de vinos supuso una de las mayores fuentes de riqueza de la población, ya que los viñedos eran abundantes y prolíficos.
Sin embargo, esta prometedora actividad solo perduró hasta finales del siglo XIX, cuando la enfermedad de la filoxera causó graves pérdidas y los viñedos fueron sustituidos por algarrobos, olivos, almendros y, más tarde, por campos de naranjos.
Actualmente, aquella fuerte recesión provocada por la crisis en el comercio del vino y aguardiente ha sido superada por la producción hortofrutícola, la pesca, la industria del mueble y de la madera y por el sector servicios, y destaca la actividad turística.
