
La presidenta del PSOE, Cristina Narbona, este miércoles en el Congreso. 2m1q3v
Nuestra política hoy 2a6p5f
A propósito de los que ejercen la actividad de la política en España en estos días.
Creo sinceramente que los políticos han perdido el norte y ya ni ellos mismo recuerdan pro qué algún día eligieron esa profesión. Algunos para una etapa, otros para intentar no apearse nunca más de un sillón más o menos cómodo, teniendo en cuenta el que tendrían en la vida "civil" si no se dedicaran a "lo público".
En nuestros días nos hemos acostumbrado a ver sus intensos ejercicios diarios con el argumentario del día, sea lo que sea y diga lo que diga, no importando ni la propia coherencia, ni lo que se dijo el día antes, el año antes, o el más elemental sentido común.
Tampoco entiendo el favor que nos hacen a la ciudadanía, aunque se les pague con nuestro dinero, los asesores políticos, que lejos de ser técnicos que se ocupan de las complejidades propias de los puestos públicos de responsabilidad, construyen posturas, argumentarios y consignas cuyo objetivo último es mantener al ejecutivo en su sillón el máximo tiempo posible.
Yo creo que, si les pagan los españoles, deberían al menos pensar en lo que se daba en llamar el "sentido de Estado", y ya que los políticos de hoy no lo tienen, pues transmitírselo. Parece ser que ellos no lo conocen tampoco.
Pero estos gurús del llamado marketing político no sólo ayudan al poder ejecutivo, sino que todos los partidos tienen unos cuantos para contraatacar y construir sus argumentarios contra el otro.
Intuyo que, como en el marketing comercial, que algo conozco, tratan de diferenciar su producto del de los demás. Esto está muy bien si vendemos cosas en un mercado. Sin embargo si hablamos de cómo se entiende o cómo se debe entender la actividad política ya estamos viendo, desde aquel "necesitamos que haya más crispación" que le confesaba Zapatero al señor Iñaki Gabilondo, fuera de programa, hemos llegado a límites que, al menos yo, nunca imaginé.
Aquellos políticos con ideas tan diferentes de lo que debía ser su país se encerraron, hicieron una Constitución juntos, y el pueblo la refrendó. Y tenían asesores también, seguro que sí…pero eran técnicos y todos, unos y otros, tenían ese sentido de Estado citado.
La Constitución que hicieron ahora vemos que era un poco ingenua, pues se basaba en la buena fe de los gobernantes, y la había, pero como vemos no previeron que la clase política se iría convirtiendo en lo que hay hoy. No hay consecuencia prevista para el no-cumplimiento de las obligaciones más elementales, como la presentación de unos presupuestos.
Además, el Poder Judicial, lejos de ser independiente, cada vez está más politizado…y ya veremos como termina la cosa.
Los nacionalistas, que también redactaron la Constitución, pactaron su lealtad al sistema a cambio de tener una representación superior a la que les correspondería gracias a la Ley d'Hont como sistema electoral. Hoy que ya se las ha transferido casi todo a cambio de sostener gobiernos con muy pocos votos "reales" detrás, ya no tienen esa lealtad, y sólo les queda pedir la independencia…
Recapitulando, si algún día volvemos a tener partidos con Responsabilidad de Estado a mi me gustaría que los 3/5 necesarios para cambiar la Constitución reforzaran todo esto que ha fallado en los últimos tiempos:
-Consecuencias para un Gobierno por no presentar los Presupuestos : por ejemplo convocar elecciones puesto que un acuerdo de investidura sólo no es suficiente para gobernar un país, como lo estamos sufriendo.
-Además, consecuencias (incluso jurídicas) de no cumplir con el resto de obligaciones como está establecido en la Ley: transparencia, casos de corrupción, etcétera.
-Creo que es muy importante el que no se pueda acceder a ciertos cargos de responsabilidad Pública sin una mínima formación relacionada con la actividad en cuestión. Esto evitaría muchos problemas, muchos asesores y dinero.
-El Poder Judicial es un contrapoder realmente, y por eso debe ser totalmente independiente... modelos hay por ahí para elegir, pero básicamente ellos deberían elegirse entre ellos, siempre cumpliendo con unos requisitos de niveles técnicos y de excelencia y ser, por ejemplo como en algunos países, cargos vitalicios... un verdadero comité de sabios que nadie les diga lo que tienen que hacer.
-Una nueva Ley Electoral más justa y que no dé a las minorías una representción sobredimensionada, desdibujando el voto de la mayoría.
- Establecer por técnicos independientes el tamaño máximo de la istración y el número máximo de funcionarios que debe haber en cada unidad.
Etcétera.