Pedro Sánchez, en el Congreso. Fernando Sánchez / Europa Press

Pedro Sánchez, en el Congreso. Fernando Sánchez / Europa Press 4h39l

El ogro de la Moncloa: pantano de desinformación 531d3

Francisco Javier Belmonte
Publicada

En el turbio pantano de la política actual, la estrategia de desviar la atención y sembrar la confusión se ha vuelto una táctica recurrente. Al igual que Shrek, que disfruta de su ciénaga sin preocuparse por la opinión ajena, el Gobierno y su presidente parecen deleitarse en enfangar el debate público, lanzando bulos interesados para desprestigiar a instituciones como la UCO (Unidad Central Operativa) y la Guardia Civil.

El objetivo no es otro que desviar la mirada de temas realmente relevantes y, lo que es más grave, de indicios y pruebas de corrupción que los acechan.

La metodología es sencilla pero efectiva: si no puedes refutar los argumentos o las investigaciones, crea una cortina de humo. Inventa narrativas que desacrediten a quienes te investigan, pinta un cuadro de conspiración o de persecución política.

Se acusa a estas respetables instituciones de parcialidad, de orquestar tramas oscuras, o incluso de ser instrumentos de la oposición. El eco de estas acusaciones se amplifica a través de medios afines y redes sociales, generando una capa de desinformación que busca enturbiar la verdad.

Esta estrategia es especialmente perversa cuando se utiliza para ocultar la corrupción. Mientras la atención mediática se centra en desmentir bulos y defender la honorabilidad de la UCO o la Guardia Civil, las acusaciones de corrupción, los indicios de malversación o los casos de tráfico de influencias quedan relegados a un segundo plano.

Es el equivalente a arrojar barro u otra “materia orgánica” al ventilador: la suciedad se esparce por todas partes, dificultando distinguir lo que es verdad de lo que es pura invención.

Un ejemplo reciente y paradigmático de esta táctica se ha manifestado con las declaraciones de varios del Gobierno. Ante la revelación de comunicaciones entre un ex mando de la UCO, ahora en la Comunidad de Madrid, y un confidente, y la "interpretabilidad" de las mismas, la respuesta gubernamental ha sido contundente y unívoca, aunque carente de pruebas concretas.

Hemos escuchado a la portavoz del Gobierno insistir en la existencia de una "máquina del fango" orquestada contra el ejecutivo, sugiriendo que cualquier información que surja de la UCO en ciertos contextos es parte de una estrategia política.

A esta narrativa se han sumado, sin desmentidos posteriores, otros ministros, insinuando la existencia de "maniobras de desestabilización" por parte de actores con intereses ocultos, hablando de "prácticas mafiosas" sin especificar, pero dejando entrever una conexión con las investigaciones en curso, o mostrando su preocupación por el "uso partidista" de las informaciones, contribuyendo a la idea de que los datos no son objetivos, sino meramente herramientas políticas.

Aunque lo más grave, viene de la cartera de Interior, a pesar de sus responsabilidades directas sobre las fuerzas y cuerpos de seguridad, ha optado por reforzar la idea de la "interpretabilidad" de las comunicaciones, al eludir una defensa clara de la UCO, sumándose a la ambigüedad interesada y apoyada por quien se siente como en casa, ante tal ambiente de “enfangamiento” selectivo e interesado.

Ninguna de estas declaraciones ha sido desmentida ni matizada por el propio Gobierno. Al contrario, la "interpretabilidad" de las comunicaciones, en un ejercicio de relativismo informativo, se ha convertido en el paraguas bajo el que se justifican insinuaciones graves sin aportar pruebas. El mensaje subyacente es claro: lo que parece una investigación legítima es, en realidad, una manipulación.

El símil con Shrek no es casual. El ogro, a su manera, crea su propio ecosistema, un lugar donde las normas convencionales no aplican y donde él mismo define la realidad.

De forma similar, el Ogro de Moncloa, al dedicarse a la promoción de bulos, busca crear un pantano de desinformación donde la verdad es relativa y la reputación de los críticos es constantemente atacada. Han criticado duramente a otros por prácticas similares, pero en su afán por protegerse, no dudan en enfangar mucho más de lo que jamás se les acusó a sus oponentes.

Es fundamental que desde la ciudadanía nos mantengamos alerta, desarrollando un pensamiento crítico para discernir la verdad de los intentos de confusión. La defensa de la integridad de instituciones como la UCO y la Guardia Civil es crucial, ya que son pilares fundamentales en la lucha contra la corrupción y en la garantía de la justicia. Dejar que el pantano de la desinformación crezca sin control solo beneficia a aquellos que buscan operar en la oscuridad, impunes y sin rendir cuentas, vengan de donde vengan.