Imagen de un espeto de sardinas.

Imagen de un espeto de sardinas. Getty Images 704d60

Gastronomía

El discreto pueblo de Málaga donde aún se puede comer bien y barato junto al mar: está ocupado desde el paleolítico 4y4x29

Benajarafe, entre Torre del Mar y Rincón de la Victoria, está apenas 30 minutos en coche de la capital de la Costa del Sol. Destaca por ser un lugar tranquilo. 38356v

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Alejado del bullicio turístico y aún fuera del radar de muchos viajeros, Benajarafe es uno de los secretos mejor guardados de la Axarquía.

Sus chiringuitos, restaurantes familiares y vistas al Mediterráneo lo convierten en el destino perfecto para quienes buscan buena comida a precios razonables.

Situado entre Torre del Mar y Rincón de la Victoria, Benajarafe es un pequeño núcleo costero del municipio de Vélez-Málaga que conserva su esencia local.

Sin grandes hoteles ni urbanizaciones masivas, este rincón malagueño ofrece tranquilidad, playa sin aglomeraciones y una excelente gastronomía tradicional a precios muy competitivos.

Entre los favoritos de vecinos y visitantes destacan los pescados a la brasa en chiringuitos como El Balandro o Casa Matilde, entre otros. En ambos establecimientos los espetos, la rosada y los calamares aún se sirven con calidad.

Benajarafe es ideal para una escapada de día desde Málaga capital, a tan solo 30 minutos en coche.

Pasear por su paseo marítimo, sentarse frente al mar con una cerveza y disfrutar de una fritura malagueña en condiciones es todavía posible... si sabes a dónde ir.

Se trata de una zona ocupada desde la era paleolítica. Muy cerca de este lugar, muchos historiadores sitúan la colonia griega de Mainake, cuyo emplazamiento exacto es buscado todavía, aunque los restos arqueológicos más llamativos han aparecido junto al río Vélez, entre la pedanía de Torre del Mar y la de Almayate.

El nombre de la localidad data de la época en que habitaban los musulmanes. La versión más extendida es que el nombre viene del árabe Ben ash-Sharif (Hijo de la Altura).

En el siglo XVIII fue construida una de las características más significativas de Benajarafe, la Torre Moya o Torre Gorda, conocida así por ser la mayor de toda la costa malagueña.

El fin de esta torre era alertar a los pobladores de la llegada de los piratas que los asediaron durante siglos desde diferentes lugares. Para esto se hacían fogatas, utilizando como aviso el humo de día, y el fuego durante la noche.