
La psicóloga Ángela Fernández.
Ángela Fernández, psicóloga: "Las personas con ansiedad y que quieran tratarla necesitan un requisito indispensable..."
"Si alguien con ansiedad no está dispuesto a esto, no podrá regularlo", advierte la experta en psicología a quienes quieran superarla.
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La ansiedad es una de las problemáticas más comunes en la población general española. De hecho, según datos del Consejo General de la Psicología de España, el 12,6% de la población española sufre este tipo de trastorno. Palpitaciones, sudoración excesiva, dolor de cabeza, nervios, dificultad para respirar y hasta temblores, son algunos de sus síntomas más habituales.
Pero ¿cómo conseguir dejar todas esas sensaciones y síntomas atrás y acabar con la ansiedad? La psicóloga Ángela Fernández ha compartido en uno de sus vídeos, el que para ella es el requisito indispensable para conseguirlo y cómo normalmente enfoca el tratamiento de la ansiedad en sus pacientes.
La experta comienza mencionando algunas de las preguntas más frecuentes de sus pacientes con ansiedad. Algunas de ellas son: "¿Cómo puedo dejar de tener ansiedad y dejar de tener esas sensaciones tan desagradables? o ¿Cómo puedo controlar esas sensaciones y que no aparezcan nunca más?".
Estos son casos, sobre los que Ángela Fernández asegura que para solucionarlos, el trabajo terapéutico no va a ir en esa dirección: "Para poder trabajar la ansiedad, hay un requisito indispensable: aprender a convivir con las sensaciones desagradables. Si no estás dispuesto a eso, no vamos a poder regularlo", explica la psicóloga.
La clave, según la experta, está en la interpretación que se hace de esas sensaciones y pone un ejemplo. "Continuamente nos late el corazón y 'no nos enteramos'. ¿Qué ocurre cuando percibimos una sensación un poquito más intensa y más desagradable? Empezamos a interpretarlo como algo amenazante y a partir de ese momento, las sensaciones se convierten en síntomas. La clave no está tanto en las sensaciones que tenemos, sino en cómo las interpretamos", advierte.
Este patrón se agrava en trastornos como los ataques de pánico o la agorafobia. "¿Qué ocurre en casos como los ataques de pánico, agorafobia, crisis de angustia o ansiedad? Nuestro cerebro va a almacenar cualquier episodio o experiencia que ha considerado traumática, peligrosa o amenazante para analizar lo sucedido, evitarlo a toda costa y que no se repita. En cuanto el cerebro detecta uno de estos elementos como una amenaza, activa al organismo".
El origen de esa reacción está muchas veces en una interpretación equivocada del propio cuerpo. "Supongamos que una persona tras un ataque de pánico, lo primero que interpretó ahí, fue que le iba a dar un ataque al corazón, tras esa interpretación, la mente va a desarrollar una hipersensibilidad a ese síntoma. Habrá momentos donde basta con que suba unas escaleras muy rápido, que ya se pondrá en marcha mi señal de alarma", asegura.
Para revertir esta situación, el enfoque terapéutico debe centrarse en quitarle carga emocional a esas sensaciones. "Básicamente es la pescadilla que se muerde la cola, para tratar esos problemas, lo que hay que hacer es desensibilizar a la persona.
En otras palabras, aumentar su tolerancia a esas sensaciones desagradables, quitándole esa interpretación amenazante que le habíamos añadido. No nos da miedo esa situación concreta, esa situación es neutra desde un primer momento".
Finalmente, Fernández aclara que no existen soluciones rápidas ni vídeos milagrosos. "Esto es un trabajo que no se consigue a través de un vídeo, se necesita trabajar en terapia, de manera pausada, progresiva y con muchísima flexibilidad. Hay técnicas específicas, para poder trabajar esto en consulta y nos permitirá vivir una vida tranquila, sin limitaciones y con libertad", concluye.
Técnicas eficaces contra la ansiedad
Entre los enfoques terapéuticos que han sido avalados por la investigación científica y que han demostrado ser eficaces en el tratamiento de la ansiedad, uno de los más reconocidos es la terapia cognitivo-conductual (TCC).
Esta terapia está centrada en identificar y modificar los pensamientos disfuncionales y las conductas que perpetúan el malestar. Este modelo incluye la exposición gradual a situaciones temidas, favoreciendo la habituación y reduciendo la reactividad ansiosa.
Técnicas como la respiración diafragmática o la relajación muscular progresiva también son ampliamente utilizadas para mitigar la activación fisiológica y promover estados de calma.
Otro enfoque en auge es la terapia de aceptación y compromiso (ACT), que no busca eliminar los pensamientos negativos, sino cambiar la relación que el paciente tiene con ellos. Esta estrategia fomenta la acción coherente con los valores personales, incluso en presencia de malestar emocional.
El mindfulness o atención plena, por su parte, enseña a observar las experiencias internas sin juicio, reduciendo la impulsividad y mejorando la regulación emocional.
Cuándo son necesarios los ansiolíticos
Además de las intervenciones psicológicas, en algunos casos los profesionales pueden valorar la necesidad de tratamiento farmacológico. Los psicólogos clínicos y psiquiatras pueden derivar o recetar medicamentos como ansiolíticos o antidepresivos.
Esto es más recomendable cuando la sintomatología interfiere gravemente con el funcionamiento diario del paciente. Esta opción debe ser siempre supervisada por un profesional sanitario cualificado.
Todas estas herramientas deben ser aplicadas por profesionales de la salud mental cualificados, que puedan adaptar las intervenciones al perfil y necesidades específicas de cada paciente.