Un fotograma de 'La trama fenicia'.

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Cine

El sofisticado disparate de Wes Anderson en 'La trama fenicia', y el 'thriller' brasileño 'Un agente secreto' 4i5n64

Lo nuevo del director de 'El Gran Hotel Budapest' está protagonizado por el mejor Benicio del Toro en años. Por su parte, el filme de Kleber Mendonça Filho pone el énfasis en el linaje y la identidad. 27384c

Más información: Wes Anderson lleva 'La trama fenicia' a Cannes y apunta a Trump: "¿Se quedará con la película en las aduanas?" 351h42

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El dandismo de Wes Anderson en su nube intocable pergeña con La trama fenicia una deliciosa y sofisticada fábula de ricos empresarios en poder del mundo. Su ficticio Zsa-zsa Korda, en el mejor papel de Benicio del Toro en años, acumula fortuna y traza planes de conquista planetaria mientras trata de saldar deudas con la hija a la que apenas conoce pero ha decidido que sea su única heredera. Interpretada con carisma por Mia Threapleton en la piel de una novicia (tan parecida a Anna Karina en La religiosa), es la gran incorporación del filme a los abrumadores repartos estelares del cineasta. También una de las razones de peso para no despegar la mirada (y la atención) de esta nueva aventura andersoniana.

Mucha atención en todo caso es la que exige el intrincado, barroco y literario guion de la charada financiera que pone en marcha. El protagonista pertenece a esa clase de hombres que ahora gobiernan países, aunque el mensaje político en las películas del autor de Los Tenenbaums nunca ha sido su prioridad.

Tampoco lo es en esta disparatada fabulación de capas y giros y diálogos sin freno, poblada de personajes tan encantadores y caricaturescos como acostumbran a serlo las criaturas del cineasta, siempre cercanos y alienígenas al mismo tiempo. La mirada irónica de Anderson a estos titanes también funciona como una emotiva historia de padre e hija y, en última instancia, parece mucho más interesada en explorar el espíritu de ladrones de guante blanco que en sus consecuencias.

Inspirado por figuras como J. Paul Getty, J.P. Morgan y el difunto suegro de Anderson, el magnate de la construcción libanés Fouad Mikhael Malouf, La trama fenicia exhibe su inventiva gramatical con una confianza prodigiosa, con un esmero microscópico en cada composición y estilizadas secuencias oníricas en blanco y negro (cada vez que Zsa-zsa coquetea con la muerte) que parecen llevar el perfume de Parajanov.

Como es habitual en el autor de El gran Hotel Budapest, el filme con el que acaso más rimas podamos establecer, todo tiene un significado en el sistema simbólico de las viñetas y el humor volátil que entronca con Preston Sturges. En todo caso, hay esta vez una calidez no siempre presente en su cine, una hermosa reflexión acerca del legado y el sentido de la vida como artista y como padre. Una dosis de introspección, en definitiva, que pone en perspectiva adecuada los infernales negocios de Korda en la críptica y abigarrada trama financiera.

Un agente secreto 1l5863

El legado y la memoria son también temas vectoriales en el parathriller de espionaje Un agente secreto del brasileño Kleber Mendonça Filho. Sin duda una de las películas más interesantes de momento vistas en concurso, el autor de Bacurau vuelve a filmar en Recife para trasladarnos al ambiente carnavalesco, musical y político-social de los años setenta, con Wagner Moura de protagonista en un ambivalente papel (responde tanto a Armando como a Marcelo) de un profesor disidente y viudo forzado a huir del país por amenaza de muerte.

Querrá hacerlo con su hijo en una ficción esencialmente sobre las relaciones paterno-filiales y los énfasis en el linaje y la identidad, pues las tres facciones implicadas en la trama de persecución son equipos de padre e hijo. Al fin y al cabo, la noción de la historia no oficial es lo que domina sobre todas las tramas. Aquí perdura en cintas magnéticas que la endiablada estructura del filme (y su punto de vista, jugando en una triple mirada, como la del gato simbólico de dos cabezas que hace aparición) nos va revelando en dosis controladas, intrigantes.

La película pone el énfasis más en las situaciones que en la necesidad de cerrar un guion tan dubitativo como el propio protagonista, quien habita en una perpetua confusión e incertidumbre sobre su destino, metáfora en sí mismo de un país en plenas celebraciones carnavalescas y sangrientas, contando el centenar de cadáveres.

Wagner Moura en 'Un agente secreto'.

Wagner Moura en 'Un agente secreto'.

Hay un cuerpo abandonado en una gasolinera, en un prólogo muy potente, y una anciana memorable (qué gran retratista de personajes, siempre en la frontera documental, es el brasileño) al mando del grupo de "refugiados", doña Sebastiana, y una pierna robada de una morgue. Hay también una cabina de proyección como espacio de refugio y familia, cuando La profecía arrebataba a los públicos, y sobre todo se percibe el relato memorialístico del propio director, recreando su infancia en la edad de oro del cine de su barrio, obsesionado con el Tiburón de Spielberg.