Isabel Viña posa con algunos de sus productos.

Isabel Viña posa con algunos de sus productos. Cedida 2w1m1o

Salud

Isabel Viña, médica: "Una lata de atún en España puede tener 2 o 3 veces más mercurio que el límite permitido por kilo" 6e1v56

La cantidad de mercurio que podemos encontrar en los pescados y mariscos sigue siendo motivo de polémica. 2u6d1z

Más información: Estas son las tres latas de atún del supermercado en España que esconden un mayor contenido en mercurio 2u2y2

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Sabemos que el mercurio es un metal pesado que es capaz de acumularse en nuestra cadena alimentaria a través del consumo de pescados y mariscos, a diferencia de otros metales como cio, arsénico o plomo, los cuales también llegan a nosotros por diferentes vías, como el agua potable o los suelos de cultivo. Si bien es cierto que el consumo de pescado es saludable y necesario, también debemos recordar la necesidad de no abusar.

En este sentido, la Dra. Isabel Viña, conocida divulgadora, ha querido repasar este tema en sus redes sociales, recordando cómo y por qué se acumula mercurio en los pescados, y cómo dicho metal pesado puede ser perjudicial para la salud humana.

Como en todo, existen matices, y no sería necesario ni adecuado cesar totalmente el consumo de pescado. Es necesario saber balancear las cantidades.

Como explica la Dra. Viña en su publicación, "el mercurio es un metal pesado que se libera al medio ambiente por fenómenos naturales, como volcanes e incendios, pero sobre todo por actividades humanas: quema de carbón, minería de oro y procesos industriales. Al llegar al mar, ciertas bacterias lo transforman en metilmercurio, su forma más tóxica, que es absorbida por los organismos marinos".

Sin embargo, este metal pesado no se queda ahí, sino que se produce un fenómeno de bioacumulación: los pescados pequeños lo retienen, son consumidos por pescados grandes como el atún o el pez espada, y estos acaban siendo consumidos por el ser humano. De hecho, estos grandes depredadores son precisamente los más peligrosos, dado que son los que más mercurio acaban acumulando.

Una vez llega al ser humano, este metilmercurio puede producir neurotoxicidad, es decir, alteraciones en el sistema nervioso tanto de adultos como de niños. De hecho, el metilmercurio puede llegar a alterar el correcto desarrollo cerebral del feto y los niños, dando lugar a una disminución de la capacidad intelectual, problemas de coordinación y atención, e incluso de psicomotricidad.

En este punto, Viña recuerda que siempre se habla de riesgo, y que no siempre se producen estos efectos de forma automática al ar con metilmercurio. Dependerá de la exposición y bioacumulación del mismo a medio y largo plazo.

En adultos, por su parte, los efectos varían dependiendo de dosis y exposición. En exposiciones agudas e intensas, el mercurio puede producir alteraciones neurológicas significativas. Sin embargo, también se sabe que una exposición baja pero constante al metilmercurio se relacionaría con enfermedades neurodegenerativas a largo plazo, como la demencia, o con problemas cardiovasculares, inmunitarios, reproductivos y renales.

Actualmente, según la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), el límite semanal tolerable de metilmercurio sería de 1,3 mcg/kg de peso corporal, pero ya existen organizaciones sanitarias que sugieren que no existiría un límite seguro, como es el caso de metales como el plomo.

Por su parte, los límites de metilmercurio máximos que esgrime la Unión Europea son de un máximo de 0.3-0.5 mg/kg en pescados pequeños y de hasta 1 mg/kg en pescados grandes como los mencionados atún, pez espada o tiburón.

En este último caso, un informe independiente de BLOOM sugeriría que no hay una justificación sanitaria para permitir que exista más mercurio en pescados depredadores, según explica Viña.

Para finalizar, uno de los puntos más polémicos sería el caso del atún en conserva, siendo este pescado y este formato el más conocido y consumido en nuestro país. Como comenta Viña en su post, "el atún pierde agua al cocerse antes de enlatarse.

El problema es que los límites legales se aplican al peso del pescado fresco, no al producto final. Como el atún en conserva está más deshidratado, el mercurio queda 'más concentrado'. Esto significa que una lata puede contener 2-3 veces más mercurio que el límite teórico permitido por kilo".

Por tanto, la conclusión final sería: mejor comer pescado de forma variada, y no siempre el mismo tipo, siendo de consumo esporádico el atún patudo, atún rojo, cazón, fletán, lucio, marlin, pintarroja, tiburón, tintorera, pez espada y emperador.

Por su parte, otros tipos de pescado que sí pueden consumirse varias veces a la semana serían anchoa, bacalao, caballa, boquerón, lenguado, lubina, merluza, salmón, sardina, berberechos, entre otros.

Cabe destacar, en este último punto, que el atún blanco o bonito del norte, el atún claro, la merluza y el rape serían de consumo 'moderado', según Viña, siendo aconsejable no superar el consumo de dos veces por semana.